LA IMPORTANCIA DEL DIEZMO DE DIOS Lunes 18-06-12

Lunes 18 de junio
2. LA IMPORTANCIA DEL DIEZMO DE DIOS

a. ¿Cómo enfatiza la Inspiración el elemento personal, humano, en la salvación de las almas? Romanos 10:13–15. ¿Cómo podemos involucrarnos? Apocalipsis 22:17.

“La predicación del evangelio es el medio señalado por Dios para convertir las almas de los hombres. Los hombres deben oír a fin de ser salvados. No pueden oír sin un predicador, y el predicador debe ser enviado. Esto hace necesario que haya recursos en la tesorería a fin de proporcionar medios por los cuales el misionero pueda alcanzar los campos pobres. A la luz de este hecho, ¿cómo pueden aquellos que afirman seguir a Cristo, privar a Dios de sus propios talentos que les fueron confiados bajo la forma de diezmos y ofrendas? ¿No es esto negarles el pan a las almas hambrientas? Retener los medios que Dios ha reclamado como suyos, gracias a los cuales Él ha hecho provisión para que las almas puedan ser salvas, traerá ciertamente una maldición sobre los que así roban a Dios. Se les niega a las almas por quienes Cristo murió el privilegio de oír la verdad, porque los hombres se niegan a llevar adelante los medios que Dios ha provisto para la iluminación del perdido.”—The Home Missionary, 1 de abril de 1895.

b. ¿Qué requiere Dios si omitimos devolver su diezmo en el momento correcto? Levítico 27:31. ¿Qué experiencia de una iglesia local en el año 1889 puede animar a todos hoy?

“Algunos no habían obrado honradamente con sus prójimos y confesaron sus pecados, y desde entonces han hecho restitución. Durante la semana próxima algunos de los que no habían estado obrando honradamente con Dios y como consecuencia se habían separado de él, empezaron a restituir lo que habían retenido. Un hermano no había devuelto sus diezmos por espacio de dos años. Le entregó una nota al secretario de la asociación por la cantidad de diezmo que había retenido, más los intereses, lo cual llegaba a la suma de 571,50 dólares. Doy gracias a Dios porque tuvo valor de hacerlo. Otro entregó una nota de 300 dólares. Otro hombre que había apostatado y se hallaba tan alejado de Dios que había pocas esperanzas de que volviera a caminar por el sendero de la justicia, entregó una nota de mil dólares. Se acordó que estos diezmos atrasados se dedicaran a la Misión Central de Europa. De modo que con ese dinero y otros donativos entregados para Navidad, se juntaron casi 6.000 dólares en esa iglesia, los cuales se entregaron a la tesorería para usarse en la obra de las misiones.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 5, págs. 604, 605.